sábado, 6 de octubre de 2012

Paseo por Pamplona II: comer en la Mar Salada

Cuñao, mira ... después del paseo por la parte vieja  pamplonica, reservamos para comer en un sitio que me habían recomendado insistentemente, y te diré que comí con babero y tenazas ... suena bien, verdad??



El sitio en cuestión es LA MAR SALADA y está en la calle Leyre nº 12 (muy cerca de la plaza de toros) y me lo recomendaron por la decoración del sitio.  Tiene una mezcla de minimalismo, con toques nórdicos maderosos y un algo de campestre que me encanta.

El comedor es amplio, pero además tienen unas peceras que son reservados para estar con tu gente y tener algo de privacidad.  Por cierto! estos reservados tienen las paredes adornadas con los hierros del peine de los vientos donostiarras, así que casi como en casa.


El baño no me puede gustar más ...


Bueno, he de decir que también me lo recomendaron porque como sabes, me chifla el arroz, y este restaurante es especialista en arroces, cazuelas, pescados etc. así que supuse que habría uno de mis platos favoritos: el arroz caldoso con bogavante.


Et voila !! pedazo de ración ... supuestamente solo se puede pedir para dos, pero como fuimos muy prontito y casi no había gente, nos dejaron pedir los arroces individualmente, así que cayó el arroz caldoso de bogavante como está mandao !!!!

Estaba rico, no es el mejor que he comido en mi vida, pero se dejaba comer amablemente, para mi gusto estaba un poco fuerte, pero ya te digo, muy bueno.


Por supuesto al final lo comimos entre los dos ... y de segundo (que yo probé justo), cayó un solomillo gratinado con queso y hongos. Muy bueno también.


Para el regadío pedimos que nos aconsejaran algo de la tierra y nos sirvieron un vino blanco Otazu del 2010, un chardonnay cultivado en Etxauri, Navarra.
Afrutado y muy indicado para el arroz conbogavante (no sé yo si para el solomillo también, pero vaya ... que bien fresquito entraba genial).


Como milagrosamente había hueco para el postre, (te juro que soñaba con el sorbete de mojito del ikaitz), pedimos la carta, y fíjate qué suerte que aquí también lo hacen.


Así que pedimos el sorbete de mojito y tarta de manzana fina con helado de vainilla.


... y la dolorosa .... fue 75 € ... bueno, me pareció un pelín carillo, pero bueno, habiendo bogavante por medio no me esperaba menos.  De todas formas y como crítica, yo por ese precio quiero mantel.

Añadiré que nos trataron superbien, fueron muy amables en todo momento pero sin ser pesados, que eso hay veces que no tiene precio.  En fin, que lo recomendaría, desde luego, pero no para repetir, la siguiente vez buscaremos otro para probar otras cosas.

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